Tras la generación del baby boom (en España son los nacidos entre 1957 y 1977), vino la generación X (los que llegaron al mundo después); más tarde entró la generación Z (entre 1995 y 2010), y ahora los que toman el protagonismo son los millennials, los jóvenes que se han hecho adultos con el cambio de milenio.
Actualmente vivimos en un contexto en el que las sociedades desarrolladas tienden a envejecerse progresivamente. Prueba de ello es que la mayoría de países industrializados, si no todos, se encuentran en la tesitura de tener que modificar la edad a la que acceder a la jubilación para adaptarse a este contexto.
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En España, sin ir más lejos, desde 2013 entró en vigor la reforma de las pensiones y, por consiguiente, el aumento progresivo de la edad a la que uno puede retirarse. En consonancia con los países de su alrededor, la edad de jubilación ordinaria en España será de 67 años en 2027.
Nuestra sociedad cada vez vivirá más años y con mejor salud. La esperanza de vida media en España hoy se encuentra sobre los 82 años. En el caso de las mujeres está en los 84,5 años y en el de los hombres en los 78,4. Las proyecciones realizadas por los expertos y por diferentes organismos oficiales prevén que este aumento de la esperanza de vida crezca a un ritmo de cuatro años por década.
En menos de medio siglo, según el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida de los hombres superará los 91 años y la de las mujeres prácticamente alcanzará los 95.
Esta es la sociedad que se prevé para los millennials, quienes, a tenor de los resultados de un estudio realizado por la consultora de recursos humanos The Manpower Group, Millennial Careers: 2020 Vision Facts, Figures and Practical Advice from Workforce Experts, ya contemplan este contexto para su futuro laboral.
Los resultados son llamativos. La mayoría de los millennials saben que van a trabajar más tiempo que las generaciones anteriores. A nivel mundial, más de la mitad de los preguntados espera trabajar pasados los 65 años; un 27% contempla trabajar más allá de los 70 años, y un 12% asegura que espera trabajar hasta el final de su vida. En Japón esta última cifra se eleva hasta el 37%. En España únicamente un 3% espera tener que trabajar hasta el último de sus días.
O dicho en otros términos, un 97% de los millennials espera poder jubilarse cuando termine su etapa laboral. La pregunta que muchos se hacen es si el sistema público de pensiones español, en el que los pensionistas reciben el dinero de las personas en edad de trabajar, será suficiente para garantizar la vida a la que aspiran una vez hayan concluido su etapa profesional.
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Recientemente, la Seguridad Social ha puesto en marcha una nueva herramienta que nace con la intención de proporcionar nuevos elementos de valoración para que todos puedan preparar mejor su jubilación. Se trata del simulador de jubilación de la Seguridad Social. Con este simulador verás lo que cobrarás al jubilarte, y podrás calcular la diferencia entre los ingresos actuales y los previstos. Los resultados suelen sorprender y suelen ser de ayuda para aquellos que quieren preparar bien sus años tras retirarse del mundo profesional.
Herramientas como los planes de pensiones, los PIAS o los SIALP ofrecen la oportunidad de trabajar con el ahorro para poder complementar la pensión pública de jubilación.
Las interesantes ventajas fiscales que proporciona un plan de pensiones convierten a este producto de ahorro a largo plazo en una buena herramienta para preparar el futuro. Todo el dinero aportado, que actualmente está limitado a 2.000 euros anuales o el 30% de las rentas netas del trabajo, es deducible al 100% en la declaración de la renta. Es decir, si Hacienda dice que tenemos 30.000 euros de rendimientos del trabajo y hemos aportado 2.000 euros al plan de pensiones, sólo tributaremos finalmente por 28.000 euros.
¿Qué hay que saber de los PIAS? Muy sencillo. Si el dinero que se aporta a este producto se rescata en forma de renta vitalicia, no se pagan impuestos de este dinero. El PIAS cuenta, además, con una limitación anual de 8.000 euros y el dinero máximo que se puede aportar a este producto no puede exceder los 240.000 euros.
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Por último, cabe señalar que los rendimientos en un SIALP no tributan, siempre y cuando se mantenga la inversión al menos cinco años y la aportación no supere los 5.000 euros por persona y año.