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Los materiales sintéticos están invadiendo nuestro planeta. Todos somos responsables en mayor o menor medida de ello… Y el plástico biodegradable es una de las soluciones a este importante problema.
Porque la excesiva e imparable producción y consumo de plástico convencional amenaza con contaminar cada rincón de la Tierra. Los mares y sus moradores están sufriendo las más graves consecuencias. Los ecosistemas acuáticos están siendo heridos, y podríamos estar condenando a la desaparición a las especies que los habitan.
Por eso, las personas de bien están vinculándose cada vez más a la ecología y el cuidado ambiental. Y, desde las industrias, se está trabajando para aportar soluciones al respecto. ¿Has oído hablar de los plásticos biodegradables?
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Biodegradable: el plástico sostenible
La principal característica de este innovador tipo de plástico es que se desintegra de forma natural, mediante la acción del propio medio ambiente. A diferencia del tradicional, que puede tardar más de un siglo en desaparecer, este lo hace muchísimo más rápido, algo que el planeta agradece enormemente.
Ten presente que se fabrican con materias primas orgánicas. Normalmente proceden de fuentes perfectamente renovables, como las legumbres, la celulosa, la yuca y los plátanos, entre otras. El almidón, un polímero natural que se obtiene del trigo, la patata o el maíz, suele ser la base de estas creaciones.
En determinadas condiciones de temperatura y humedad, cuando se convierten en residuos y contactan con el medio ambiente, tienen la capacidad de transformarse en biomasa y nutrientes. Por ello no es necesaria la participación del hombre en su eliminación. Tanto es así que son ciertos microorganismos naturales los que actúan, iniciando un proceso de oxidación que termina convirtiéndolos en agua, biomasa y dióxido de carbono.
Es todo lo contrario a lo que sucede con el plástico de siempre, en el que solo influyen los rayos ultravioletas. Desgraciadamente, el transcurso del tiempo hace que se vaya descomponiendo en microplásticos, unas partículas de mínimo tamaño que se esparcen por el entorno generando problemas. Y, dado que no se producen cambios en su composición, los seres vivos son incapaces de digerirlos, y su inevitable ingesta produce daños físicos evidentes.
¿Cuántos plásticos biodegradables existen?
La tipología más interesante es la que diferencia entre dos clases bien definidas:
- Los primeros son los bioplásticos. Derivan de productos vegetales (no del petróleo, como los plásticos tradicionales). Es decir, proceden de materias primas renovables.
- Los segundos son los plásticos con aditivos biodegradables. Su procedencia sí deriva de la petroquímica, pero en su elaboración se añaden aditivos para que se degraden con mayor velocidad.
Dentro de ellos, a su vez, podemos encontrar diferentes variedades. Estas son las principales.
Plásticos biodegradables de origen biológico
- Ácido poliláctico o PLA. Es válido para elaborar recipientes que estarán en contacto con los alimentos. Se hace a partir de ácido láctico y utiliza un 100% de materias renovables.
- Polihidroxialcanoatos o PHA. Se crean a partir de materias primas vegetales, que son sometidas a fermentación bacteriana. Su principal uso son bolsas y tapones.
- Basados en celulosa. Presentan una atractiva resistencia y son bastante rígidos. Los verás, sobre todo, en etiquetas y tapones.
- Basados en almidón. Son algo más frágiles, pero se degradan antes. Por desgracia, no son hidrosolubles.
Plásticos biodegradables de origen sintético
- Succinato de polibutileno o PBS. Es muy frecuente en bandejas, botellas y packaging.
- Polibutileno de tereftalato adipato o PBAT. Se adapta muy bien al calor, con alta resistencia. Es transparente y muy flexible.
- Polietersulfona o PES. Habitual en los sectores alimentario y farmacéutico, es un material hidrofílico emergente.
- Almidón termoplástico o TPS. En él se combinan distintos poliésteres de plantas diferentes.
- Policaprolactona o PCL. Su gran resistencia lo hace ideal para elaborar films.
Ventajas y desventajas de este material
¿A que la música te suena muy bien? Eso de contribuir al desarrollo sostenible y al cuidado ambiental mediante la reducción del uso del plástico convencional resulta interesante. Y lo cierto es que no te supone ningún problema utilizar objetos de plástico biodegradable para cualquier uso cotidiano.
Y todavía te parecerá mejor en cuanto conozcas cuáles son los beneficios que se derivan de ello:
- Favoreces que el ciclo vital siga su curso. Dado que están formados por materiales naturales, los microorganismos son capaces de consumirlos.
- Reduces la huella de carbono. Convertidos en residuos, se descomponen sin liberar elementos químicos ni gases atmosféricos.
- Minimizas la basuraleza. Porque desaparecen con rapidez o pueden ser reciclados para otros usos.
¿Existen inconvenientes en su uso?
No obstante, ninguna creación humana es perfecta. Los plásticos biodegradables son un avance muy importante y, desde luego, muchísimo mejores que los plásticos de siempre. Sin embargo, hay debilidades evidentes en su uso que habrá que intentar superar o compensar en un futuro:
- Su durabilidad es de un año y medio, aproximadamente. Por lo general, inferior a la de los plásticos convencionales.
- Los bioplásticos y los plásticos no pueden mezclarse para ser reciclados. Por ello, exigen un esfuerzo adicional de selección y separación de los residuos de cada tipo.
- Por ahora no se han consolidado las líneas y procesos de recogida de estos materiales.
- A consecuencia de ello, muchos de estos residuos no terminan en los lugares acondicionados para su descomposición. Por lo tanto, sus virtudes no son aprovechadas.
- Al elaborarse con productos de alimentación, y no con residuos agrícolas, el aumento de su uso podría derivar en un incremento global de precios en el ámbito alimentario de cara al futuro.
La descomposición de los plásticos biodegradables
Hemos hablado de un periodo superior a 100 años para que el plástico convencional desaparezca. Pero seguramente tengas interés por conocer también el plazo de eliminación de los biodegradables.
Por lo general, estos materiales suelen ser aptos para su aprovechamiento durante unos 18 meses desde que fueron fabricados; después es necesario reemplazarlos por otros nuevos. Pero la parte positiva es que su desaparición y absorción por parte de la naturaleza se reduce a un periodo de entre 1,5 y 3 años.
El uso del plástico biodegradable, por tanto, es un paso adelante en nuestra defensa ecológica. En la medida de lo posible, debes apostar por él en tu día a día… Sin embargo, no es la panacea, ni una solución total. Tenlo en cuenta: la lucha por la sostenibilidad acaba de empezar.