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El progresivo envejecimiento de la población española y la baja natalidad dibujan un escenario en el que cada vez menos personas en edad de trabajar deben sostener económicamente a un número creciente de dependientes. Esta tendencia, conocida como tasa de dependencia, es uno de los grandes retos de la sociedad y de las políticas públicas de las próximas décadas.
De hecho, la tasa de dependencia de las personas mayores ha alcanzado el 33,4% en 2023 dentro de la Unión Europea y la media de edad ha aumentado 2,3 años en una década, alcanzando los 44,5 años, según apunta el último informe de Eurostat.
¿Qué es la tasa de dependencia?
La tasa de dependencia es un indicador demográfico clave que mide el número de personas dependientes en un país respecto a la población activa.
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Para calcular la tasa o el volumen total de la dependencia en un territorio debemos sumar la población de 0 a 16 años a 1 de enero de un año concreto, más los mayores de 65, y se divide entre las personas comprendidas entre 16 y 64 años, aquellas con edad de trabajar.
En otras palabras, indica cuántas personas “inactivas” dependen de cada persona en edad de trabajar.
- Cuanto mayor es la tasa, más presión soporta la población activa para sostener el sistema público de pensiones, la sanidad y otros servicios sociales.
- Aunque no todos los mayores de 65 años están fuera del mercado laboral, ni todos los jóvenes o adultos trabajan, este índice se utiliza como referencia aproximada para medir el equilibrio entre cotizantes y beneficiarios.
Una tasa de dependencia elevada supone un desafío para la sostenibilidad del Estado del Bienestar, especialmente del sistema público de pensiones.
Cuanto mayor es esta tasa, significa que las personas que tienen un empleo deben contribuir con mayor intensidad a mantener las condiciones de Estado del Bienestar de la sociedad en su conjunto. Esta tasa tiene un valor económico muy importante para, posteriormente, poder formular políticas de empleo y de previsión social.
Evolución de la tasa de dependencia en Europa
En Europa existe cierto temor respecto a la evolución de esta tasa en los próximos años. Según Eurostat, la oficina estadística comunitaria, la tasa de dependencia de las personas mayores en la Unión Europea alcanzó el 33,4%. La edad media en Europa se ha incrementado 2,3 años en la última década, situándose en 44,5 años.
Se prevé que, en 2100, esta tasa sea del 57%; son 25 puntos más de lo que marca en la actualidad. Esto quiere decir que habrá menos de dos personas en edad laboral por cada persona mayor de 65 años o menor de 15, dependientes del sistema.
En apenas una década, la UE ha visto aumentar este indicador en 5,7 puntos porcentuales, pasando del 27,7% en 2013 al actual 33,4%.
La tasa de dependencia en España: un escenario complejo
Más preocupantes incluso son los augurios en relación a España, ya que se espera que, a finales de siglo, se convierta en el cuarto país con la tasa más alta de dependencia, con un 59,5%, solo por detrás de Portugal e Italia.
España ocupa ya una de las posiciones más delicadas en Europa. Veamos el detalle, de acuerdo con Eurostat y el Banco de España:
- Entre 2023 y 2053, la tasa de dependencia en España aumentará en 27,2 puntos, hasta alcanzar el 53,8%.
- En el mismo periodo, la media de la UE crecerá solo 16,6 puntos, hasta el 45,8%.
- A finales de siglo, España será el cuarto país europeo con la tasa más alta de dependencia (59,5%), solo por detrás de Portugal e Italia.
Esto significa que dentro de 30 años, en nuestro país habrá prácticamente una persona en edad de trabajar por cada dependiente, lo que complica enormemente la sostenibilidad del sistema.
Según el informe anual 2023 publicado por el Banco de España, las previsiones demográficas de Eurostat más recientes determinaron que la tasa de dependencia en España aumentará en 27,2 puntos, hasta el 53,8%, mientras que en el promedio de la UE el incremento de dicha tasa será de solo 16,6 puntos, hasta el 45,8%.
El envejecimiento de la población, una nueva realidad en España
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), existen en nuestro país unos 48.797.875 habitantes, de los que el 20,4% son mayores de 65 años. Se prevé que este sector de la población alcance un máximo del 30,5% en torno a 2055 si se mantienen las tendencias demográficas actuales.
En paralelo, la esperanza de vida media en España al nacer es de 84 años, una de las más altas de la Unión Europea. Según el propio INE, en 2068 habrá en España más de 14 millones de pensionistas, es decir, uno de cada tres habitantes.
Factores que explican el aumento en España
- Envejecimiento poblacional: según el INE (2024), el 20,4% de los españoles ya tiene más de 65 años, y se prevé que en 2055 este porcentaje llegue al 30,5%.
- Alta esperanza de vida: con 84 años de media al nacer, España es el país con mayor longevidad de la UE. En 2068 podría haber más de 14 millones de pensionistas, es decir, uno de cada tres habitantes.
- Baja natalidad: la tasa de fecundidad se sitúa en torno a 1,2 hijos por mujer, muy lejos del nivel de reemplazo generacional (2,1).
- Déficit en la Seguridad Social: desde hace años acumula desequilibrios que obligan a reformas periódicas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
En España, el envejecimiento y la baja natalidad provoca que la tasa de dependencia crezca más rápido que en la media europea.
¿Qué se puede hacer ante este escenario de envejecimiento poblacional?
La respuesta institucional pasará por nuevas reformas que ajusten el sistema público de pensiones y los servicios sociales a la realidad demográfica. No obstante, a nivel individual, cada persona puede adoptar medidas para asegurar su bienestar futuro:
- Ahorrar con antelación para complementar la pensión pública a través de herramientas como los planes de pensiones.
- Invertir en otros productos financieros que permitan aprovechar el interés compuesto a lo largo del tiempo.
- Buscar asesoramiento profesional para planificar una jubilación sin sobresaltos en función de los objetivos vitales y necesidades personales.
Generación +: nuevas respuestas a los retos de la longevidad
En este contexto, CaixaBank y VidaCaixa han puesto en marcha Generación +, una iniciativa que va más allá de los productos financieros, apostando también por la concienciación social, la divulgación y el acompañamiento a las personas mayores. En concreto, este ecosistema de soluciones se sustenta en diversos pilares, entre los que destacan:
- Protección y liquidez adaptadas: rentas vitalicias, fondos de inversión y soluciones sobre vivienda como la hipoteca inversa o la venta de la nuda propiedad.
- Apoyo integral y humano: servicios de gestión de la dependencia, movilidad reducida y cuidados profesionales.
- Conocimiento y escucha activa: un grupo de expertos y universidades (ESADE, Comillas y Deusto) analizan las tendencias de la población sénior para diseñar soluciones reales y actuales.
Generación + refleja este compromiso: ayudar a cada persona a planificar su jubilación y afrontar los nuevos desafíos de la longevidad, con la tranquilidad de contar con apoyo, flexibilidad y soluciones adaptadas a su proyecto vital.
Conclusión
La tasa de dependencia es uno de los mayores retos de España en las próximas décadas. Su aumento refleja un país más envejecido, con menos nacimientos y un sistema público bajo presión.
La buena noticia es que existen vías para anticiparse: desde el ahorro privado hasta iniciativas como Generación +, que ponen el foco en la protección, la educación financiera y el acompañamiento del segmento sénior.
En definitiva: sí habrá pensiones en el futuro, pero la clave estará en complementarlas, diversificar ingresos y planificar la jubilación de manera flexible. Porque la longevidad no es solo un desafío: también puede ser una oportunidad para vivir más y mejor.
