Tres gráficos que explican por qué el envejecimiento es ya un problema para las pensiones públicas en España

La demografía, como muchos expertos indican, marca el destino del mundo. Los datos demográficos de los principales organismos oficiales ponen de manifiesto que el futuro en los países desarrollados se enfrenta a importantes retos para mantener intacta la viabilidad del estado del bienestar. El mayor problema se encuentra en que el sistema actual se pensó para una sociedad en la que la esperanza de vida de la población era mucho menor que en la actualidad. Ahora vivimos más, la sociedad envejece a pasos agigantados y se ha convertido en una obligación adaptarse a esta nueva realidad.

El investigador responsable de la Unidad de Estudios Demográficos y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Diego Ramiro Fariñas, ya lo explicó en esta entrevista en el blog de VidaCaixa: “España en las próximas décadas será un país envejecido, con una gran población de mayores y una esperanza de vida cada vez más alta”.

La población envejece y, a ello, debemos añadirle la constante caída de jóvenes susceptibles de incorporarse al mercado de trabajo en los próximos años. En el siguiente gráfico hemos cruzado los datos que proporciona la OCDE en relación a población menor de 15 años (la futura fuerza de trabajo) con mayores de 65 años (pensionistas) para constatar que en lo que en las décadas de los 50, 60, 70 y 80 funcionaba en materia de pensiones, a mediados de los 90 cambió y hoy es insostenible. Las líneas de los gráficos se cruzan y la realidad es en la actualidad otra: cada vez hay menos trabajadores para pagar a más jubilados.

Además, en el siguiente mapa, que publicamos en la entrada España y el camino hacia una sociedad más envejecida, se puede ver cómo la población española es cada vez más mayor y cuál es la estimación del INE sobre los mayores de 65 años de cara a los próximos años según la región.

Otro dato a tener en cuenta. La tasa de fecundidad lleva varios años hundida en las principales economías del mundo. Actualmente se encuentra muy por debajo de los 2,1 hijos, que es cuando se considera que puede hablarse de tasa de reemplazo, en los países de la OCDE. Las familias optan hoy por tener menos hijos: uno o ninguno es la realidad de la inmensa mayoría en cuanto a descendencia. De cara al sistema del estado del bienestar, únicamente la inmigración es capaz de revertir esta situación.

Más datos. Como ya vimos en otra entrada del blog de VidaCaixa, la tasa de dependencia en España, es decir, la proporción de personas mayores de 65 años respecto a las que se encuentran en edad de trabajar, señala también que en los próximos años la sostenibilidad del sistema de pensiones será complicada. Según el siguiente gráfico, en 1980 había 1,9 jubilados por cada diez personas en edad de trabajar. Hoy esta cifra ha aumentado hasta 3 jubilados. De cara a 2060, el INE prevé que sean 7,9 pensionistas por cada diez trabajadores. Es decir, cada vez menos contribuyentes para más jubilados.

Las preguntas se acumulan. “¿Puede el Estado mantener su promesa de pagar una pensión digna de jubilación?” o “¿qué voy a cobrar de pensión?” son dos de las inquietudes que más se repiten. Los datos, como hemos visto, indican que cada vez viviremos más y mejor, lo que es una buena noticia. Sin embargo, también vemos que el sistema público de pensiones cuenta con un importante problema: cada vez hay menos población en edad de trabajar que pague las pensiones a un número cada vez mayor de jubilados. Todo apunta a que en los próximos años deberemos trabajar más años (en España la edad de jubilación será de 67 años en 2027), las pensiones públicas serán cada vez menos generosas y tendremos que ahorrar más para poder vivir como deseamos.

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Con el objetivo de aportar algo de luz a algunas de las preguntas que muchos se hacen respecto al futuro, se ha puesto en marcha recientemente un simulador de jubilación para saber cuánto debo ahorrar para cuando finalice mi etapa laboral y cuánto estoy ahorrando ahora en realidad. Se trata de poder comparar lo que uno cree que necesita para sus años tras el retiro y lo que en realidad tendrá. Sin duda, una buena manera de abrir los ojos ante una cuestión que pide ser abordada con serenidad, información, estrategia e inteligencia.

Existen herramientas de ahorro privado que permiten preparar el futuro de una manera adecuada, tales como los planes de pensiones o los PIAS.

¿Qué es un plan de pensiones? Un producto de ahorro para la jubilación que cuenta con destacadas ventajas fiscales y que ayuda a complementar la pensión pública. Uno de los principales atractivos es que las aportaciones reducen la base imponible en la declaración de la renta. Su máxima aportación son 1.500 euros anuales y es lo que podremos deducirnos en nuestra declaración del IRPF. Pongamos un ejemplo: si la base imponible en la renta son 30.000 euros y se aportan 5.000 euros anuales, ésta se quedará en 25.000 euros.

Por otro lado está el PIAS. Cuenta con un interés garantizado, su aportación máxima es también de 8.000 euros anuales, y 240.000 euros la aportación máxima total. El PIAS está pensado para lograr una renta vitalicia de cara a la jubilación. ¿Y qué es una renta vitalicia? Se trata de un ingreso mensual para toda la vida con el objetivo de cubrir una caída de ingresos o para cuando nos jubilemos. Si se opta por rescatar el PIAS en forma de renta vitalicia, los rendimientos quedan exentos de tributación.