El 6 de abril se ha iniciado el plazo de presentación por Internet de la declaración de la Renta correspondiente al ejercicio fiscal de 2021, que se prolongará hasta el 30 de junio. A partir del 5 de mayo, es posible efectuar este trámite también por teléfono, solicitando cita previa desde el 3 de mayo, o, de manera presencial, en las oficinas de la Agencia Tributaria a partir del 1 de junio, pudiéndose pedir cita previa desde el 6 mayo. Este calendario es válido para todas las comunidades autónomas españolas, con la excepción de Navarra (en donde se puede presentar la declaración entre el 17 de abril y el 22 de junio) y el País Vasco (que varía de fechas entre sus tres provincias en una horquilla que va desde el 4 de abril al 30 de junio).
Cabe recordar que están obligados a presentar la declaración de la Renta todos aquellos ciudadanos españoles que se beneficien de rentas superiores a los 22.000 euros anuales por rendimientos del trabajo. Esta cifra se reduce hasta los 14.000 euros si se ha tenido más de un pagador y se han cobrado más de 1.500 euros del segundo y de los siguientes pagadores.
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Novedades en la declaración de la Renta 2021
Como cada año, existen algunos cambios relevantes que hay que conocer de cara a la presentación de la declaración de la Renta. Los más destacados son:
- Disminución de los límites máximos de deducciones fiscales a los planes de pensiones individuales y a los planes de previsión asegurados (PPA). La Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2021 rebajó a un máximo de 2.000 euros anuales el límite de reducciones que un contribuyente puede aplicar por todas las aportaciones a los sistemas de previsión social, incluyendo planes de pensiones individuales y PPA. Además, las aportaciones deducibles a planes del cónyuge también pasan de 2.500 a 1.000 euros. El límite de 2.000 euros puede incrementarse en hasta 8.000 euros (es decir, que puede llegar como máximo hasta 10.000 euros) si se trata de contribuciones de un empleador a favor del empleado a instrumentos de previsión social empresarial, como planes de pensiones de empleo o planes de previsión social empresarial. En ambos casos, no se puede superar el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas. Cabe recordar que, en 2022, el límite máximo de la desgravación para planes de pensiones individuales se ha fijado en 1.500 euros anuales, el cual aplicará en la declaración de la Renta del próximo año.
- Nuevos tramos de IRPF. Se han establecido dos nuevos tramos de IRPF: uno de ellos, que grava en la base imponible general las rentas del trabajo que superen los 300.000 euros y que cuenta con un tipo de hasta el 47%; el otro, que afecta a la base imponible del ahorro, grava con un 26% las rentas de capital de más de 200.000 euros.
Con estos cambios, los tramos del IRPF para las rentas del trabajo quedan así:
- Primer tramo, hasta 12.450 euros: 19%.
- Segundo tramo, de 12.450 euros hasta 20.200 euros: 24%.
- Tercer tramo, de 20.200 euros hasta 35.200 euros: 30%.
- Cuarto tramo, de 35.200 euros hasta 60.000 euros: 37%.
- Quinto tramo, de 60.000 euros hasta 300.000 euros: 45%.
- Sexto tramo, de 300.000 euros en adelante: 47%.
En cuanto a las rentas de ahorro, se quedan del siguiente modo:
- Primer tramo, hasta 6.000 euros: 19%.
- Segundo tramo, de 6.000 euros hasta 50.000 euros: 21%.
- Tercer tramo, de 50.000 euros hasta 200.000 euros: 23%.
- Cuarto tramo, a partir de 200.000 euros: 26%.
- Una deducción del 20%, con un máximo de hasta 5.000 euros, en el capital invertido en obras para mejorar la eficiencia energética de un inmueble y que reduzcan, al menos, un 7% la demanda de calefacción y refrigeración.
- Una deducción del 40%, con un máximo de 7.500 euros, si la obra de mejora ha permitido reducir un 30% el consumo de energía primaria no renovable y se puede acreditar a través del certificado de eficiencia energética.
- Una deducción de hasta el 60%, con un límite de 15.000 euros, para las obras que mejoren la eficiencia energética de un edificio de uso predominantemente residencial, siempre que contribuyan a reducir un 30% el consumo de energía primaria no renovable o sirvan para mejorar la eficiencia energética del inmueble al nivel A o B.
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