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A medida que salimos de la adolescencia y avanzamos en la vida adulta, nuestras preocupaciones, motivaciones y necesidades evolucionan. Entender las etapas de la adultez es clave para nuestro bienestar emocional y para planificar de forma responsable nuestro futuro.
En este artículo exploramos los principales cambios psicológicos y emocionales que atraviesa cada una de las etapas de la adultez, con especial atención a la importancia de prepararse con tiempo para la última etapa: la adultez tardía, que equivale al momento de la jubilación.
¿Qué entendemos por adultez y por qué importa conocer sus etapas?
La adultez es una etapa que ocupa una gran cantidad de años de nuestra vida. Se inicia aproximadamente en la década de los 20, después de la adolescencia, y puede extenderse hasta el final de la vida.
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No se trata de un periodo homogéneo, sino de una fase compleja que los psicólogos dividen comúnmente en tres momentos:
- Adultez temprana (20 a 40 años)
- Adultez media (40 a 65 años)
- Adultez tardía (65 años en adelante)
Cada etapa tiene sus características particulares que afectan a nuestras emociones, a nuestra forma de relacionarnos y a la toma de decisiones, incluyendo la planificación financiera y vital. Veamos de manera más detallada las particularidades de cada una de estas etapas.
Primera etapa: adultez temprana (20 a 40 años)
Durante esta fase, se produce el tránsito de la juventud a la autonomía plena. Es un periodo centrado en la consolidación de la identidad, la independencia económica y la construcción de vínculos afectivos duraderos. Posiblemente es la época donde más cambios se producen a nivel personal y profesional, como cambios de trabajo, mudanzas de ciudades, comprarse una casa y establecerse en un lugar, formar una familia, y un largo etcétera.
A nivel de cambios emocionales, encontramos algunos que son los más frecuentes en esta etapa de adultez temprana:
- Necesidad de reconocimiento y logro.
- Búsqueda de estabilidad emocional.
- Construcción de una red social más íntima y duradera.
Según la teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erikson, esta etapa se define por el conflicto entre la intimidad y el aislamiento.
Segunda etapa: adultez media (40 a 65 años)
Conocida también como la mitad de la vida, esta etapa de adultez media implica una revisión profunda del camino recorrido y muchas veces da lugar a lo que comúnmente se conoce como la “crisis de la mediana edad”.
Es una etapa donde más se busca la estabilidad financiera y emocional, aunque también implica varios cambios comunes. Entre ellos, una reevaluación de las metas personales y profesionales y un aumento del sentido de la responsabilidad hacia la familia y la comunidad.
La adultez media es también uno de los momentos clave para empezar a planificar la jubilación, ya que permite construir un buen plan de pensiones para el futuro sin las urgencias de la edad avanzada.
La esperanza de vida en España supera los 84 años de edad, lo que convierte esta etapa en un momento clave para pensar en el futuro.
Tercera etapa: adultez tardía (65 años en adelante)
Esta etapa viene marcada por el fin de la vida laboral y el inicio de un nuevo ciclo vital. Es también cuando más se visibilizan los cambios físicos, sociales y psicológicos.
Entre los cambios frecuentes encontramos:
- Más tiempo libre, puesto que dejamos atrás la etapa laboral
- Mayor necesidad de apoyo emocional y social.
- Búsqueda de propósito y conexión significativa. Se trata de un cambio de estilo de vida, donde es necesario encontrar una nueva rutina y hobbies.
Cada vez más personas afrontan esta etapa con un enfoque positivo y apostando por un envejecimiento activo: tienen más tiempo para sí mismas, se dedican a nuevos intereses y disfrutan de relaciones sociales más profundas. La clave está en haber llegado a esta etapa con una buena planificación emocional, social, económica y por supuesto, también con un buen nivel de salud.
Prepararse para la adultez tardía: la clave está en anticiparse
La etapa de adultez tardía no tiene por qué vivirse con temor ni incertidumbre. De hecho, los niveles de satisfacción vital pueden aumentar en esta etapa si se han cultivado buenas relaciones y una seguridad financiera previa.
- Planificar el futuro en la adultez media (o incluso antes) permite:
- Mantener la autonomía personal.
- Disfrutar de una jubilación activa y significativa.
- Evitar la carga económica sobre la familia.
Generación + de CaixaBank responde a las nuevas necesidades de las personas que comprenden esta etapa, ofreciéndoles productos y soluciones personalizadas para una planificación financiera integral que les acompaña en su longevidad. Con un enfoque en la protección, el ahorro y el bienestar, esta iniciativa busca que las personas disfruten de su jubilación y etapa de adultez tardía con seguridad, libertad y propósito, adaptándose a las diversas trayectorias vitales que surgen en cada fase de la adultez.
Recapitulando, comprender las etapas de la adultez para tomar mejores decisiones
Conocer las etapas de la adultez nos ayuda a anticiparnos a los cambios que trae la vida. No solo desde el punto de vista emocional, sino también desde la perspectiva de la planificación y el bienestar integral.
Cada etapa tiene su belleza y sus desafíos, y con herramientas como las que propone CaixaBank es posible transitar la adultez con mayor serenidad, seguridad y propósito.