La economía familiar es la más importante de todas, ya que es la que te afecta de manera más directa. Mantener una economía saneada dentro de tu familia te ahorrará más de un susto, te ayudará a enfrentarte a los imprevistos sin mucho sufrimiento y no pasarás apuros en ningún momento. ¡No dejes de leer!
La base de las finanzas familiares
El presupuesto es un aspecto fundamental en la economía familiar, ya que te permite conocer los gastos e ingresos de manera precisa. Elaborando uno sabrás a qué estás destinando el dinero, controlarás todos los gastos, podrás ser más previsor y tendrás un colchón para salvar imprevistos. Sin embargo, para que el presupuesto funcione, debes establecer un objetivo básico: que los ingresos superen los gastos.
Haz tu simulación: Descubre el plan de ahorro ideal para tu futuro
Para elaborar tu presupuesto no tienes por qué recurrir a complicación alguna. En una hoja apunta de dónde vienen tus ingresos y cuáles son tus gastos. Divide los gastos en fijos, necesarios, ocasionales y el dinero que destinas al ahorro, el cual es una parte muy importante del presupuesto. Mes a mes apunta los gastos y obtén la diferencia restándolos a los beneficios. Si el resultado es positivo, irás por el buen camino; pero en caso de ser negativo, tendrás que eliminar aquellos gastos que no sean estrictamente necesarios.
Recuerda que es importante no obviar ningún detalle, ya que así será un documento totalmente eficiente y útil para ti.
Por último, destina entre un 10 o un 12% al ahorro cada mes. ¿Te parece mucho? Míralo de este modo: en el siglo xix, incluso los trabajadores más pobres lograban guardar un 12% de su sueldo.
Cómo elaborar un presupuesto doméstico
Para elaborar el presupuesto doméstico debes conocer cuáles son tus ingresos fijos. Aquí debes incluir todas las fuentes de ingresos, es decir, tanto el sueldo mensual que percibes como las inversiones o la devolución del IRPF. No debes olvidarte de colocar los ingresos pasivos que puede producir, por ejemplo, una vivienda alquilada.
Por otro lado, debes calcular a la perfección cuáles son tus gastos fijos mensuales para incluirlos en la plantilla del presupuesto familiar. También debes incluir aquellos gastos variables como ocio, ropa, transporte, gasolina o calzado, entre otros.
Si quieres olvidarte del papel y el boli, existen multitud de plantillas digitales que puedes utilizar. En tu propio ordenador puedes acceder al centro de descarga de temas y plantillas de Microsoft Office y buscar ahí un presupuesto familiar en el cajón de búsqueda. Escoge la que consideres más adecuada para ti y descárgala. También hay plantillas disponibles en Google Spreadsheets.
Ahora llega el momento de personalizar el presupuesto. Recuerda que cuantos más detalles introduzcas, más efectivo y fiable será. Algunos de los parámetros que no te pueden faltar son:
- Salario mensual de cada miembro de la unidad familiar.
- Ingresos adicionales.
- Gastos de combustible y transporte.
- Gastos en alimentación.
- Gastos en los suministros de vivienda como agua, luz, teléfono, televisión por cable, gas, etc.
- Gastos de vivienda como el alquiler o la hipoteca.
- Gastos en calzado y ropa.
- Gastos en medicinas.
- Gastos de ocio.
- Gastos en educación.
- Ahorro mensual.
- Dinero reservado para gastos eventuales.
- Otros.
Con todos los datos y un buen control de gastos podrás tomar decisiones más acertadas sobre qué puedes reducir o, incluso, eliminar.
El endeudamiento y el ahorro cotidiano
Este es otro aspecto imprescindible para la economía de una pareja. Endeudarse no es malo, siempre que lo hagamos de forma racional y sabiendo que puedes devolver el dinero. Esta solución te permite disponer de efectivo futuro en el presente, aunque sacrificando los ingresos del mañana.
La devolución de la deuda es un gasto fijo, ya que no puedes evitarlo. Así que, antes de tomar la decisión de endeudarte, piensa a fondo para qué necesitas el dinero prestado, el tiempo que tardarás en devolverlo y si podrás hacerlo.
Para terminar, hay que evitar un comportamiento negligente con el manejo de las deudas. Pagar un préstamo con otro es un camino muy rápido hacia la ruina. Si no puedes permitirte pagar el primero, un segundo préstamo solo te mantendrá más tiempo endeudado y complicará tu situación, aunque creas lo contrario.
En definitiva, un buen presupuesto doméstico te acercará económicamente al lugar en el que quieres estar tanto en calidad de consumo como en cantidad de ahorro. Ya sabes cómo hacerlo, solo debes ponerlo en práctica.