Ciertas empresas deciden ampliar los beneficios que aportan a sus trabajadores más allá del salario. Los planes de pensiones de empleo son una buena manera para complementar la prestación pública por jubilación y, asimismo, son uno de los beneficios sociales más valorados por los trabajadores.
Desde 2023 estos planes de pensiones ya no están limitados a las grandes empresas y multinacionales, por lo que son más universales para todos los trabajadores. ¿Quieres saber más sobre este beneficio social? ¡Sigue leyendo!
Los planes de pensiones de empresa, llamados comúnmente planes de pensiones de empleo, son una modalidad del plan de pensiones promovida por las empresas para sus trabajadores.
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Los planes de pensiones de empleo son un producto de ahorro para la jubilación que ofrecen algunas empresas a modo de incentivo. Son un beneficio social para los trabajadores, como los seguros de salud o los cheques restaurante o guardería. Sirven para complementar la pensión pública de la Seguridad Social en el momento de la jubilación.
La principal prestación del plan de pensiones es la jubilación del trabajador. Sin embargo, se prevén otras prestaciones adicionales para situaciones inesperadas como fallecimiento, incapacidad, dependencia, enfermedad grave o paro.
Las aportaciones las hacen de forma “obligatoria” tanto la empresa como el trabajador, conforme a lo establecido en el reglamento del plan de pensiones.
También existe la opción de que el trabajador realice aportaciones “voluntarias”. Eso sí, la ley dice que el trabajador no puede aportar más de 2,5 veces lo que aporta la empresa.
Para el trabajador, los planes de pensiones de empleo traen ventajas fiscales. Se pueden deducir hasta 10.000 euros anuales de las aportaciones realizadas a los planes de pensiones de empresa en el IRPF. Eso sí, de esos 10.000 euros, 8.500 deben ser aportaciones de la empresa.
Además, entre otros cambios en la fiscalidad de los planes de pensiones privados, se ha reducido la cantidad aportada al plan que se puede deducir en el IRPF: 1.500 euros anuales como máximo.
Estos cambios contribuyen a hacer aún más atractivos los planes de pensiones de empleo a fin de que sean cada vez una opción más escogida para ahorrar de cara a la jubilación.
Los planes de pensiones de empresa también cuentan con otros beneficios:
Por su parte, las empresas también se benefician de algunas ventajas fiscales si ofrecen estos planes a sus trabajadores. Si lo hacen, podrán pagar menos cuotas a la Seguridad Social por cada trabajador. El límite está en los 1.380 euros al año, según las aportaciones que realicen.
La respuesta es sí. Si ya has hecho aportaciones a un plan de pensiones privado, puedes transferirlo a un plan de pensiones de empleo.
VidaCaixa está adherida a los Principios para la Inversión Responsable (PRI), proyecto promovido por la ONU con el objetivo de fomentar a escala mundial un conjunto de buenas prácticas que incorpora, entre otras, cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).
Sí, cuando el trabajador se jubila puede elegir cómo prefiere recibir sus prestaciones:
La solicitud de prestación puede realizarse en cualquier oficina de CaixaBank. Esa solicitud puede efectuarse en cualquier momento, tras la jubilación, sin plazo de tiempo.
Las prestaciones de los planes de pensiones de empleo tributan como rendimiento del trabajo y se integran en la base imponible del IRPF del trabajador. Funciona igual tanto para los casos de jubilación como para las prestaciones de incapacidad o los casos de fallecimiento (para los beneficiarios).
Los planes de pensiones de empresa, también llamados planes de pensiones de empleo, son instrumentos de ahorro impulsados por las empresas para sus trabajadores. Tanto la compañía como el trabajador realizan aportaciones sistemáticas para complementar en un futuro su pensión de jubilación pública.
La fiscalidad de estos planes es más favorable que la de los planes de pensiones individuales. En el caso de los planes de empleo, se pueden deducir hasta 10.000 euros al año (de los cuales 8.500 deben ser aportaciones de la empresa) en la declaración de la renta; en el caso de los individuales, esta cantidad ha bajado a 1.500 euros. Y en el momento de recibir la prestación, tributa como rendimiento del trabajo a la hora de declarar nuestros ingresos.
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