Hoy en día acceder a una vivienda requiere de una ayuda extra, por lo que uno de los momentos más importantes de nuestras vidas suele ir ligado a la necesidad de solicitar un préstamo hipotecario. Entre papeles, procesos y la emoción por esta nueva etapa, pueden surgir dudas como “¿qué tipo de hipoteca es la más conveniente para mí?”.
Entre una hipoteca de tipo fijo y una de tipo variable existen algunas diferencias que debes conocer antes de solicitar alguna de ellas. Te contamos toda la información para que elijas la opción hipotecaria que más se amolde a ti. ¿Comenzamos?
Para poder saber en qué se diferencia un tipo de hipoteca de otra, primero debemos entender de qué trata cada una de ellas.
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Una hipoteca de tipo fijo es aquella en la que se mantiene un mismo tipo de interés durante toda la vida del préstamo hipotecario, desde que se contrata hasta que se finaliza. Es decir, las cuotas mensuales que se pagarán serán siempre las mismas y no se podrán subir ni bajar.
Una hipoteca variable es un tipo de préstamo en el que las cuotas pueden ir variando acorde a la evolución del índice de referencia al que esté vinculada. Normalmente está sujeta al euríbor, un indicador que se modifica diariamente y que sirve como punto de referencia para las prestaciones monetarias entre bancos europeos.
En la hipoteca variable el tipo de interés que se aplica, además de estar sujeto al valor del euríbor, se incluye un diferencial fijo establecido por la entidad financiera. Este último valor será siempre el mismo, mientras que el de referencia se revisa habitualmente cada seis o doce meses.
Después de detallar qué define una hipoteca fija y qué es una hipoteca variable, podemos entender por qué son tan diferentes una de otra. Ahora bien, si lo que quieres es conocer las ventajas y desventajas de cada una de estas prestaciones, lo mejor es analizar dos factores determinantes que inciden en ambas: el tipo de interés y el plazo de amortización.
El tipo de interés es uno de los factores principales que diferencian a un tipo de préstamo hipotecario de otro. Seguro que alguna vez has escuchado hablar sobre el TAE (tasa anual equivalente), y es donde debemos de poner el foco antes de elegir entre una u otra opción.
¿Cuál es la diferencia entre el interés de una hipoteca de tipo fijo y una de tipo variable?
El TAE es un porcentaje que cambia año tras año, por lo que nos puede resultar muy útil a la hora de comparar los precios de las hipotecas.
El siguiente factor diferencial entre ambas hipotecas es el plazo de amortización, es decir, el tiempo que tardaremos en liquidar la totalidad del préstamo hipotecario.
Este plazo depende de la entidad financiera donde se solicita la hipoteca, pero se suele seguir una regla dependiendo del tipo fijo o variable:
Ahora que conocemos las características y diferencias entre ambos tipos de hipotecas, podemos seguir sumergiéndonos en la duda principal “¿qué hipoteca elijo?” Para solventarla y nutrirnos con una mayor educación financiera, veamos las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
La principal ventaja a la hora de decantarse por una hipoteca fija es que su tipo de interés no varía. La cantidad que pactemos a la hora de la contratación es lo que pagaremos hasta el final del préstamo.
Esta fijación de los tipos de interés nos elude de las posibles fluctuaciones del mercado y de los tipos de interés. Lo que implica que nuestras cuotas siempre serán las mismas, algo que para nosotros como usuarios nos puede beneficiar al esquivar esos cambios de mercado y que una subida de los tipos de interés no afecte a nuestra salud financiera.
En resumen, destacamos las siguientes ventajas:
El inconveniente del tipo fijo viene de la mano de sus ventajas: que los tipos de interés sean fijos implica que el precio de la hipoteca sea más elevado en comparación con la hipoteca de tipo variable ya que, por lo general, los tipos de interés son más altos como resultado de que el banco asuma los riesgos asociados con las fluctuaciones del mercado.
Los principales motivos por los que las personas se decantan por contratar una hipoteca de tipo variable son los siguientes:
Al contrario que en las hipotecas fijas, en las de tipo variable somos los usuarios los que asumimos el riesgo de las fluctuaciones del mercado. Si los tipos de interés se disparan, nuestra cuota mensual incrementará en proporción a esos aumentos. Por lo que dependiendo de la situación del mercado, nuestras cuotas podrían variar y nuestras finanzas familiares sufrirían imprevistos asociados al riesgo.
Para poder elegir el tipo de hipoteca más idóneo para ti, ten presente las características de cada una de ellas y cual es más afín a tu situación económica actual y futura.
Déjate asesorar por los especialistas de las entidades financieras, quienes te podrán ayudar a determinar el tipo de hipoteca que mejor se adapte a tus necesidades. Además, si vas a comenzar la aventura de comprar una vivienda, te recomendamos leer nuestro artículo “cómo ahorrar para comprarte una casa” porque como siempre decimos, el ahorro es importante y necesario en nuestras vidas. En caso de que ya estés decidido a dar el paso de comprarte una cosa, te interesará el post sobre “trámites y gastos al comprar una casa”.
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