¿Te has sentido alguna vez discriminado por la edad que tenías? A lo largo de nuestra vida puede darse en varias etapas, por poner varios ejemplos: de pequeños cuando los mayores del colegio no nos dejaban jugar a la pelota, de adolescentes cuando las fiestas eran solo para mayores de 21, o de mayores cuando no invierten tiempo en explicarnos una anécdota por “estar desactualizados”.
A esto se le conoce como edadismo, un tipo de discriminación social por cuestión de edad que padecen las personas mayores (el 45% de la población según la ONU) y que tienen consecuencias negativas en su autoestima, pudiendo suponer una muerte más temprana. En este artículo, nos centramos en un tipo de lenguaje propio del “ageismo”: el elderspeak o baby talk. Sigue leyendo para conocer todo sobre este término y la importancia de utilizar buenas técnicas de comunicación con las personas mayores. ¡Empezamos!
Antes que nada, veamos el significado del término elderspeak. Se trata de un tipo de lenguaje propio del edadismo o “ageismo” que viene dado por los estereotipos e ideas preconcebidas en el envejecimiento de las personas ancianas, de forma que limita mucho la heterogeneidad de la vejez.
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El Elderspeak es el habla dirigida a las personas mayores y se da cuando se adapta la forma en la que hablamos, aunque sea con buena intención. Rasgos característicos de este lenguaje es utilizar diminutivos o tonos más elevados y frases más cortas, creyendo que no van a poder seguir el hilo de la conversación. En definitiva, se infantiliza el habla mediante el uso de una sobreadaptación del lenguaje al dirigirse a ellos, teniendo consecuencias perjudiciales en su autoestima.
Las características de esta comunicación incluyen una manera desconsiderada y forzada de hablar, que se manifiesta a través alteraciones en la paralingüística sin darnos cuenta, como entonación exagerada y ritmo lento, simplificación de estructuras gramaticales, uso de vocabulario limitado, repeticiones innecesarias, pronombres colectivos para referirse a un individuo, diminutivos inapropiados, y preguntas que sugieren la respuesta.
El uso de este tipo de lenguaje, de manera inconsciente y creyendo que les tratamos con el respeto que se merecen, no hace otra cosa que reforzar estereotipos edadistas que asociamos con fragilidad a las personas mayores. Esto fomenta su dependencia, su aislamiento e incluso la depresión. Estos efectos se manifiestan tanto a nivel emocional como en el estado físico, cognitivo y funcional, generando problemas de comunicación y conducta, incluyendo oposicionismo y agresividad, tanto en adultos mayores con envejecimiento normal como en aquellos con demencia.
A medida que avanzan los años, nuestras capacidades físicas y psicológicas experimentan un deterioro gradual, lo que nos obliga a adaptarnos a diversas situaciones, incluyendo la forma en que nos relacionamos con los demás.
El proceso habitual de envejecimiento supone, en muchos casos, desafíos en la comunicación. Complicaciones en la audición, visión, movilidad, memoria, así como la presencia de diversas patologías y enfermedades cognitivas, entre otros factores, contribuyen a la dificultad para lograr una comunicación óptima.
Sin embargo, estas barreras lingüísticas pueden hacerse más pequeñas si implementamos técnicas de comunicación con personas mayores más estimulantes y emocionalmente favorables. Además, estaremos evitando que experimenten sentimientos de incomprensión y frustración.
Para lograr esto, resulta esencial comprender que el envejecimiento no es más que una oportunidad renovada para adaptarse, intercambiar y enriquecerse en la interacción recíproca con generaciones más jóvenes. Representa simplemente otra fase de nuestra vida donde se puede continuar trabajando la independencia personal mediante las adaptaciones necesarias. En definitiva, implica tanto procesos de crecimiento como de declive, similares a cualquier otra etapa en el ciclo vital.
Como hemos comentado, encontrar técnicas de comunicación más efectivas con personas mayores es muy beneficioso para su salud mental. Por ello, os traemos unos consejos prácticos para que apliques en tus diálogos con tus abuelos, tíos, vecinos o amigos. ¡Vamos allá!
El elderspeak o habla infantilizada es uno de los tipos de edadismo más comunes, así como lo son la despersonalización y la deshumanización de las personas mayores. Un reciente estudio de la ONU nos muestra que un elevado porcentaje de personas lo padecen y esta microdiscriminación tiene efectos muy negativos en su salud.
Una forma de terminar con ello es hacer uso de otras técnicas de comunicación más favorables con las personas mayores, como la estimulación y motivación, seguridad en la toma de decisiones, fomento de la participación y una vida más activa.
Adoptar estas prácticas no solo facilita la comunicación, sino que también enriquece la experiencia y conexión con las personas mayores, promoviendo su bienestar integral.
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