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Alimentos transgénicos, polémicamente nutritivos

Octubre 7, 2021 6 min 5 veces compartido

Un alimento transgénico es aquel que ha sido genéticamente modificado para obtener unas características específicas. A través de esta manipulación en el laboratorio, se consiguen rasgos diferenciales y propiedades distintas con diferentes fines.

¿Has comido alguna vez estos alimentos?

Probablemente sí, porque cada vez se encuentran más extendidos en nuestros supermercados y tiendas de alimentación.

Lo cierto es que este tipo de intervención humana cuenta con tantos detractores como impulsores. Dado que se trata de técnicas relativamente recientes, no es fácil definir con precisión hasta qué punto es positiva su aplicación.

Diferencias con la cría selectiva

La ingeniería genética actual se aplica a plantas, bacterias y otros pequeños microorganismos. Tanto es así, que permite pasar un gen de una especie vegetal o animal a otra. Incluso a la inversa. El resultado son los denominados organismos genéticamente modificados.

La cría selectiva, en cambio, consiste en la selección de plantas o animales con unos rasgos determinados, con el fin de criarlos o cultivarlos. Tiempo después, gracias a ello, se consigue la descendencia deseada. Sin embargo, en este enfoque, no es posible controlar la aparición de otros rasgos no deseados.

Cuando se trata de ingeniería genética, se implantan los genes adecuados y se erradica el resto. El resultado es, por ello, más rápido y fiel a los objetivos iniciales.

Beneficios de los alimentos transgénicos

¿Por qué la ingeniería genética está modificando nuestros alimentos? ¿Qué ventajas se persiguen o se derivan de ello? Te las enumeramos a continuación. Como verás, las posibilidades son múltiples y muy jugosas.

  • Mayores propiedades nutritivas. Se controla su influencia en la báscula y ayudan a mantener un peso saludable.
  • Productos más apetitosos, atractivos y apetecibles.
  • En las plantas, mayor resistencia a las condiciones difíciles de cultivo, como las enfermedades y la sequía. De este modo, se necesitan menos fertilizantes y agua para conseguirlas. 
  • Reducción del uso de pesticidas para evitar las plagas.
  • Producción mayor de alimentos con menos costes y mayor durabilidad.
  • Aceleración del crecimiento de los animales y las plantas.
  • Obtención de alimentos más saludables; por ejemplo, patatas que, al freírse, producen menos sustancias dañinas para la salud.
  • Creación de alimentos medicinales, con rasgos positivos para la salud y la recuperación frente a ciertas enfermedades.

¿Cuáles son las preocupaciones expresadas al respecto?

Se han manifestado gran cantidad de preocupaciones y objeciones a esta actividad humana, aunque hasta la fecha todas ellas carecen de fundamentos reales.

En cualquier caso, estos son los principales peligros que, desde fuera, se asocian a la manipulación genética de los alimentos:

  • Generación de reacciones alérgicas o tóxicas.
  • Alteraciones genéticas inesperadas que resultan nocivas o provocan daños.
  • Modificaciones descontroladas con consecuencias imprevisibles.
  • Riesgo de obtención de especies más invasivas de lo normal que puedan alterar los ecosistemas.
  • Merma en los valores nutricionales de los alimentos.
  • Perjuicio a los pequeños agricultores, pues las semillas y los alimentos modificados genéticamente suelen pertenecer a unas pocas multinacionales, que controlan sus precios.

Lo cierto es que, hasta la fecha, no se han detectado indicadores de estas posibilidades. Y eso que existen varias agencias y organismos que controlan y evalúan todos los alimentos transgénicos que se distribuyen, entre ellos, la FDA, la USDA y la EPA, en Estados Unidos.

En este país, un proyecto llamado Non-GMO certifica a los productos que están completamente libres de genes modificados. Un total de 30.000 pertenecen a esta categoría y el respaldo de imagen que reciben los hace más atractivos para un segmento importante del mercado.

Ten en cuenta que el miedo atávico que se esconde en estas precauciones y sensibilidades es que, en realidad, los alimentos transgénicos modifican los organismos de una forma que no sucede en la naturaleza.

Los ecologistas son los principales oponentes a estas prácticas, mientras que la mayoría de los científicos abogan por este tipo de intervenciones humanas por criterios de calidad, economía y, también, ecología. En este último sentido, consideran que la disminución del uso de pesticidas y herbicidas es bueno, a largo plazo, para el planeta.

El alimento transgénico que comemos

Muy probablemente ya has comido alimentos transgénicos, seas consciente o no. Por ejemplo, la sandía sin pepitas.

En la práctica, te puedes encontrar de forma habitual con estos casos:

  • Alimentos de origen vegetal, animal o fermentado desarrollados en laboratorios. Por ejemplo, plantas resistentes a ciertos organismos (bacterias, virus, insectos u hongos), plantas inmunizadoras (contra las diarreas bacterianas o el cólera) y alimentos que evitan los problemas derivados de su consumo masivo, como los peligros de ceguera del abuso de arroz.
  • Alimentos animales que crecen mucho más rápido de lo natural, como los salmones y las carpas. Actualmente se está trabajando en la obtención de leche baja en lactosa o enriquecida con medicamentos y vitaminas.
  • Productos fermentados alterados para acortar el tiempo de maduración, como algunos quesos, o aportar características gustativas distintas, como ciertos vinos, a los que se les otorga un carácter más afrutado.

¿Cuáles son los alimentos transgénicos más usados?

Terminamos este contenido proporcionándote una relación de cuáles son los alimentos transgénicos cultivados más habituales. Se usan para consumo aislado y, sobre todo, como ingredientes de otros productos.

Maíz

Alrededor del 85% del maíz estadounidense es ya transgénico. Gracias a ello disminuyen sus costes de producción y se vuelve más resistente al glifosato, un herbicida necesario.

Leche

En algunos países, la hormona rBGH (crecimiento bovino) se incluye en la alimentación de las vacas para optimizar la producción de leche. Sin embargo, está prohibida en otros.

Soja

Es sumamente frecuente. Por ejemplo, se produce soja con altos niveles de ácido oleico, capaz de reducir el colesterol malo.

Tomate

La gran demanda de este producto anima a la ingeniería genética a aumentar su producción. Además, es más nutritivo y resistente.

Patata

También su producción se ha ampliado y se ha hecho más resistente y nutritiva.

Alfalfa

Se realiza algo similar a lo que se hace con el maíz, en este caso para resistir al herbicida Roundup.

Pan

Se tratan sus materias primas, como el trigo u otros cereales, para poder atender la gran demanda mundial de pan.

Calabaza y calabacín

Se aplica para mejorar su resistencia a distintos tipos de virus.

¿Te ha quedado más claro qué es un alimento transgénico? De ti depende consumirlo o no, aunque deberás permanecer bien informado porque su presencia es cada vez mayor. ¿A qué esperas para ello?

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