Optimizar el consumo de energía de tu nevera es esencial para reducir tu factura eléctrica y contribuir al ahorro en el hogar. Cuando se trata de elegir un frigorífico, optar por uno de bajo consumo es una elección inteligente tanto para tu bolsillo como para el medio ambiente. Además, existen consejos prácticos para minimizar aún más el gasto energético de tu nevera y maximizar tus ahorros.
En este artículo, te proporcionaremos información valiosa sobre el consumo de neveras, cuántos kWh gastan, las ventajas de las neveras de bajo consumo y consejos efectivos para ahorrar energía. Sigue leyendo para descubrir cómo tomar decisiones inteligentes en la compra y el uso de tu nevera para reducir el impacto en tu factura de la luz. ¡Empezamos!
Más allá de la calefacción y el aire acondicionado, la nevera es el electrodoméstico que más energía consume, ya que debemos mantenerla siempre encendida. El consumo de una nevera dependerá además del funcionamiento que le des en tu hogar, de su eficiencia energética.
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Desde 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) impulsó la entrada en vigor del nuevo etiquetado energético para clasificar la eficiencia energética de los electrodomésticos, entre otros aparatos eléctricos. Así, se sustituyen las clases energéticas A +, A++ y A ++ por una escala de clasificación de la eficiencia energética: A, B, C, D, F y G.
Se trata de un etiquetado universal para todos los países de la Unión Europea que nos ayuda a calcular el consumo de una nevera. Las neveras que forman parte del grupo A y B consumen menos y tienen una mayor eficiencia energética. Este grupo puede llegar a consumir entre los 0,48 kWh y los 0,78 kWh cada día de media. Mientras que las neveras con etiquetado F y G pueden llegar a consumir 1,77 kWh al día.
Cabe destacar que esta nueva clasificación sobre eficiencia energética de los aparatos eléctricos no equivale a la anterior clasificación. Por lo que una nevera A+++ puede pasar a etiquetarse como clase B, C o incluso inferior.
A la hora de seleccionar un frigorífico, la eficiencia y el ahorro de energía son cruciales. Estos electrodomésticos representan aproximadamente el 30,6% del consumo de energía en nuestros hogares, según un estudio del IDAE sobre los consumos del sector residencial en España. Por lo tanto, tomar la decisión adecuada tendrá un impacto significativo en nuestra factura eléctrica y por supuesto, en el medio ambiente.
Si estás considerando comprar un frigorífico nuevo, los modelos con la letra A, B y C son los más eficientes. Pero más allá de la etiqueta energética, hay otros factores a considerar. ¡Te los contamos!
Además de apostar por el frigorífico con etiquetado energético de clases A o B que son más eficientes, te recomendamos seguir los siguientes consejos para reducir la factura de la luz:
Como puedes observar, hay muchos factores para lograr un ahorro de energía con el frigorífico, aunque todo comienza por elegir el más eficiente.
Como mencionamos previamente, el consumo eficiente de una nevera tiene un impacto significativo en tus gastos energéticos. Optar por neveras de bajo consumo, como las clasificadas con etiqueta A, B o C no solo beneficia al medio ambiente, sino que también alivia tu economía familiar a lo largo del tiempo.
¿Pero cuál es el verdadero ahorro anual que puedes esperar? Pongamos por ejemplo que si compramos un frigorífico con etiqueta C, el consumo de energía durante 15 años será de 8.130 kWh, lo que equivale a 813€. Mientras que si decidimos apostar por una nevera de clase A, el consumo de energía durante el mismo periodo de tiempo es de 5.420 y su coste económico es de 542€. Por lo tanto, hablamos de un ahorro de 271€.
Pero el ahorro no se detiene ahí. Existen consejos prácticos para reducir aún más tu factura de electricidad con tu nevera. Al aplicar estos consejos de ahorro energético, como mantener la temperatura óptima y asegurarte de que la puerta esté siempre bien cerrada, puedes maximizar el rendimiento de tu frigorífico y minimizar el consumo energético.
Los frigoríficos poseen una temperatura ideal tanto para el ahorro de energía como para que los alimentos se mantengan mejor. Lo más habitual al configurar este aspecto es tenerlo entre 3 y 5 °C, aunque en la mayor parte de las ocasiones será más que suficiente con 6 °C.
Por otro lado, es un error muy frecuente pensar que, a menor temperatura, mejor se conservarán los alimentos. De hecho, incluso puede generar que se rompa la cadena de hielo y se echen a perder.
Por lo tanto, no debemos pasarnos con la temperatura del frigorífico, ya que es un gasto mayor de energía, lo cual es significativo en tu factura al ser un electrodoméstico que, como te comentábamos al principio del artículo, representa aproximadamente el 30,6 % del consumo energético. Igualmente, forzar la temperatura puede afectar a su capacidad de aislamiento.
Optimizar el consumo de tu nevera es esencial para reducir la factura eléctrica y contribuir al ahorro en el hogar, ya que se trata del electrodoméstico que más energía consume. Cuando hablamos de elegir un frigorífico, optar por uno de bajo consumo con la etiqueta A es una decisión de compra muy inteligente. Además, regular su temperatura, mantenerlo limpio y evitando abrir en exceso su puerta son algunas de las prácticas que también ayudan en la factura de la luz y contribuyen a un futuro más sostenible. ¡Sigue estos consejos y disfruta de un hogar más eficiente y económico!
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