Con el comienzo del nuevo año, se abren nuevas oportunidades.
Es como un papel en blanco en el que podemos escribir de nuevo.
Suena motivador, ¿no es así?
¿Sabías que tu ahorro también puede ser responsable?
Dependiendo de nuestra forma de ser, o del momento vital en el que nos encontremos, podemos empezar el año con muchas ganas y muchos proyectos en mente, o, por el contrario, empezar con cierta pereza y un ritmo más bajo.
Lo primero que debemos hacer es escucharnos y respetarnos.
Si venimos de la pausa navideña, y se nos hace cuesta arriba comenzar con el nuevo curso, nuestra recomendación es que lo hagamos de la manera más lenta y cariñosa posible. Todos sabemos que en el mundo en el que vivimos, en cuanto queremos darnos cuenta vamos en sexta a toda velocidad. De modo que, sí, permítete volver poquito a poco, con cariño…, manteniendo ciertas cosas que hacías en Navidades y que te sentaban bien.
Si, en cambio, has comenzado el año con muchas ganas y energía, tómate algún espacio de tiempo para parar y planificar dónde vas a querer poner el foco este nuevo año.
La palabra “propósito” viene del latín, compuesta por el prefijo pro, que significa ‘hacia delante’, y positum (participio de ponere), ‘poner’. Así que esta palabra tan utilizada en los comienzos significa algo que se quiere hacer mirando al futuro, hacia delante.
Y siguiendo esta reflexión, nuestros propósitos los hacemos para conseguir una meta más grande. Así que os animamos a que os respondáis las siguientes preguntas:
Después iré seleccionando cada uno de estos propósitos más concretos y los iré desgranando para poder realizar un Plan de Acción. Y ya sabes, que sea lo más SMART posible: específico, medible, alcanzable, relevante y en tiempo.
Otros ejemplos de propósito principal pueden ser:
Es importante que tengamos un propósito principal y lo localicemos, para buscar una coherencia y un sentido en nuestros esfuerzos. Nuestro propósito principal nacerá de nuestra esencia y necesidades, de nuestra escucha y de nuestro autoconocimiento.
Esto es clave para no dejarnos influenciar por los demás, por la sociedad, o por nuestros miedos.
También es importante centrarnos en un propósito principal, ya que en ocasiones nos ponemos tantos propósitos que al final no conseguimos llevar a cabo ninguno. Y, por supuesto, para no perder el objetivo de vista, necesitaremos realizar un seguimiento, mensual, trimestral y/o semestral, y así medir nuestros avances.
Con honestidad, escucha y autenticidad, podemos diseñar nuestro propósito principal y nuestros propósitos secundarios para acercarnos más a nuestra mejor versión, sacar el máximo partido al año que empieza, motivarnos y disfrutar por el camino.
¿Te animas a diseñar tu propósito?
En ocasiones, la edad puede ser un obstáculo para encontrar trabajo. Para ayudar a la…
Cuidar a un familiar en una situación de dependencia, es un trabajo que requiere tiempo…
El sistema de pensiones en España es uno de los pilares de nuestro Estado del…
La necesidad de un objeto que te permita transportar consigo objetos personales, entre ellos el…
El aumento de precios afecta a tu bolsillo y la inflación se ha convertido en…
La jubilación es una época que ofrece muchas oportunidades a todas aquellas personas que se…