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No es extraño que alguna vez, cuando llega el fin de mes y la cuenta corriente está en las últimas, no se sabe exactamente en qué se fue el dinero. Los gastos diarios —cafés, menús en el trabajo, aplicaciones que casi no se usan, demasiados pedidos de comida rápida, hipotecas o créditos al consumo— parecieron pequeños por separado, pero la suma de todo puede vaciar nuestra cartera más rápido de lo que imaginamos y afectar a la economía familiar. Por eso, revisar la economía doméstica o economía familiar es tan importante. Te contamos qué es y cómo planificar el presupuesto familiar. ¡Dentro post!
Qué es la economía doméstica
La economía doméstica engloba el conjunto de gastos del hogar que se deben controlar. Eso sí, la clave no está en vivir contando cada moneda ni en privarse de todo placer, sino en aprender a priorizar los gastos hacia el objetivo de ahorrar, aunque no sean grandes cantidades y reflexionar sobre lo que es prescindible. Todo presupuesto familiar, o personal, debe mantener el control de los gastos y evitar gastar más de la cuenta.
Todo el mundo tiene planes de futuro y normalmente exigen dinero, ya sean de corto, medio o largo plazo. El objetivo de un presupuesto familiar es mantener el control de la economía doméstica para lograr lo que nos hemos propuesto o para guardar para imprevistos. Además, si se tiene familia, esta economía del hogar permite dar ejemplo de buenos valores económicos a los niños desde pequeños y enseñarles hábitos financieros responsables de cara al futuro, que les serán de utilidad. Controlar los gastos del día a día y planificar de manera inteligente es como ponerle brújula a tus finanzas: te permite disfrutar del presente sin perder de vista el mañana.
Economía doméstica o economía familiar: ¿por dónde empezar?
Antes de empezar con los casos prácticos debemos tener en cuenta dos cuestiones. La primera es que hay que reconocer que existen personas que tienen tendencia al ahorro y otras que son más derrochadoras. ¿Por qué? Los expertos dicen que es cuestión de carácter y/o de educación. Sea como fuere, es un tema relevante.
La segunda cuestión es el nivel salarial o de renta. Si se vive con sueldos bajos, teniendo en cuenta la carestía de la cesta de la compra y de los alquileres, el objetivo de ahorrar se hace más difícil. Es una cuestión objetiva, numérica, aunque siempre es conveniente leer este tipo de recomendaciones para analizar si se puede conseguir algo de ahorro en la economía del hogar.
Presupuesto familiar: veamos un ejemplo
A la hora de planificar la economía de una familia, los expertos dicen que el primer paso es elaborar un presupuesto en el que se reflejen todos los gastos. Es esencial diferenciar gastos fijos y variables, detectar cuáles son imprescindibles y cuáles no y revisar aquellos que, sin ser necesarios, nos dan sensación de bienestar.
Un buen presupuesto familiar es mucho más que números: es una herramienta para lograr bienestar, tranquilidad y libertad financiera.
En teoría puede parecer un proceso sencillo, pero no siempre lo es. Muchos de estos pequeños gastos superfluos pueden percibirse como parte de la “calidad de vida”, así lo definen algunos psicólogos, y eliminarlos requiere consciencia y evaluación. Lo ideal es mantener solo aquellos que realmente podemos permitirnos.
Control del endeudamiento: clave para la economía familiar
Otro aspecto fundamental en la economía doméstica es el nivel de endeudamiento. Mantenerlo bajo control permite una mayor estabilidad financiera. Según los expertos, es importante priorizar gastos, planificar con antelación y anticiparse a los meses con mayor carga económica. Así se evita recurrir a créditos o descubiertos bancarios que puedan comprometer el equilibrio del hogar.
Los gastos fijos en la economía del hogar
Los gastos fijos más relevantes, especialmente al hablar de un presupuesto familiar, son los gastos fijos de primera necesidad, que incluye todo lo que es imprescindible para una calidad de vida básica como vivienda, comida, energía y educación. Aunque son prioritarios y necesarios, también permiten cierto margen de ahorro si se gestionan con estrategia.
Detallamos a continuación algunos ejemplos de economía doméstica aplicada o, dicho en otras palabras, oportunidades de ahorro en estos gastos fijos:
- Electricidad
Gracias a la competencia del mercado entre las empresas, el ahorro puede ser significativo, pero es preciso dedicarle tiempo y un cierto esfuerzo, al menos al principio. Por ejemplo, aunque todos necesitamos electricidad, esta no tiene el mismo precio a lo largo del día. Existen aplicaciones que indican cuándo poner los electrodomésticos a un coste más reducido, ofreciendo una información similar a la de los comparadores de los precios de los seguros o de los créditos hipotecarios.
Además, existen otros consejos prácticos como apagar luces cuando no se usan, colocar bombillas LED, aprovechar la luz natural y evitar dejar cargadores enchufados, etc. Se estima que se puede reducir la factura entre el 10% y el 20%.
- Suministro de agua
El consumo de agua también se puede aminorar, algo que es bueno desde el punto de vista medioambiental, con duchas más cortas, con reductores de caudal en grifos y duchas o reparar con rapidez fugas, así como el uso de la lavadora o el lavavajillas a carga completa.
- Alimentación
El supermercado, y la alimentación en general, es uno de los mayores gastos en la economía del hogar, además del alquiler o la hipoteca. Para ahorrar es conveniente planificar menús semanales y hacer una lista de la compra, evitar compras impulsivas, aprovechar ofertas en productos básicos y cocinar en casa en lugar de pedir comida a domicilio.
Por supuesto, el primer paso pasa por seleccionar un supermercado de una cadena con precios bajos, marca blanca o con ofertas semanales. El ahorro posible se sitúa entre el 20% y 30% del gasto en alimentación.
- Transporte
Este es otro capítulo costoso en el presupuesto mensual familiar, sobre todo cuando se tienen hijos. Para bajar su factura se aconseja reducir el uso del coche: compartir viajes, usar bicicleta o transporte público. Si los hijos van al colegio en coche, se puede alternar con padres vecinos para que cada uno les lleve unos días.
Además, en el seguro del coche, una partida importante, también se puede abaratar con los comparadores porque las ofertas de las compañías son importantes. En cuanto al vehículo, se deben mantener los neumáticos con la presión correcta y el coche revisado para consumir menos combustible.
- Ropa, calzado y otras necesidades no urgentes
Existen gastos fijos que no son urgentes pero sí necesarios, como la ropa o el calzado, que no responden a necesidades vitales inmediatas. Se pueden aplazar o planificar, aprovechando rebajas, ofertas y tiendas con precios accesibles. Una buena planificación contribuye a equilibrar el presupuesto familiar.
Incluye los gastos imprevistos en tu presupuesto familiar
El siguiente capítulo es el de los “gastos extraordinarios o imprevistos”. Por definición, están fuera de control porque incluyen aquellos que no surgen sin planificación posible por lo que no estaban recogidos en el presupuesto familiar, pero pueden aparecer prácticamente casi todos los meses.
Un electrodoméstico averiado, una visita de urgencia al dentista, una multa de circulación, una avería en el coche… son gastos extra que siempre es más fácil afrontar si previamente se ha ido creando un colchón de ahorro para imprevistos. Llevar un excel con todos los gastos ayuda a tener una visión clara de la situación de la economía doméstica.
Economía familiar: ¿qué gastos son prescindibles?
En toda economía familiar existen gastos que pueden variar según las necesidades y hábitos de cada hogar. Hablamos de desembolsos prescindibles cuando nos referimos a partidas destinadas al ocio, los viajes, la restauración u otros extras. Encontrar el equilibrio aquí es clave: no se trata de ser demasiado estricto y sacrificar calidad de vida, pero tampoco de caer en el derroche.
Dentro de estos gastos se incluyen también las suscripciones y servicios por internet. Un buen ejemplo de economía doméstica consiste en revisar periódicamente plataformas de streaming, apps o gimnasios para dar de baja aquello que no se utilice con frecuencia. Además, comparar tarifas de internet, móvil o seguros permite cambiar a opciones más económicas y optimizar el presupuesto familiar.
Reducir gastos prescindibles no significa renunciar al bienestar: se trata de elegir mejor y gastar con consciencia. Por eso, revisar suscripciones o comparar tarifas son gestos sencillos que fortalecen tu economía doméstica.
Para reforzar el control del gasto, es recomendable aplicar la llamada “regla de las 48 horas” antes de comprar algo no esencial. Esta consiste en controlar el impulso que podemos sentir a la hora de comprar algo no esencial, esperando 48 horas para hacerlo. Pasado ese tiempo, si aún lo seguimos viendo como algo necesario, podrás hacerlo con mayor seguridad y consciencia.
Y en lo que respecta al ocio, se puede ahorrar sin renunciar a disfrutar aprovechando actividades gratuitas en la comunidad, como parques, museos o bibliotecas. Estos son ejemplos prácticos de economía del hogar que marcan la diferencia a final de mes.
Vigila la economía doméstica: consejos de ahorro
Una de las advertencias clave para mantener un buen presupuesto familiar y lograr ahorrar en el presupuesto familiar es no dejarse llevar por ofertas atractivas que facilitan el aplazamiento del pago de electrodomésticos, viajes, coches, etc. Aunque en ciertos casos puede ser útil para evitar desembolsos puntuales, acumular varias cuotas mensuales puede comprometer seriamente la economía del hogar.
Los expertos recomiendan que el total de deudas activas (hipoteca, préstamos personales, pagos aplazados o tarjetas de crédito) no supere el 35% de los ingresos netos mensuales. Superar este umbral reduce la capacidad de ahorro y aumenta el riesgo de sobreendeudamiento.
En conclusión: vigilar tu economía doméstica es ganar en tranquilidad
Estudios recientes sostienen que muchos hogares pierden entre un 15% y un 20% de sus ingresos en gastos innecesarios. Esto equivale a casi un mes de salario al año que podría destinarse a objetivos más valiosos como viajar, invertir en educación o crear un fondo de emergencia.
Identificar y recortar estos pequeños gastos es uno de los mejores ejemplos de economía doméstica inteligente, y permite liberar recursos sin renunciar a la calidad de vida.
Y es que, en resumen, un control consciente de la economía familiar no significa vivir con restricciones, sino tomar decisiones informadas para disfrutar del presente y construir un futuro más seguro. Un buen presupuesto familiar es mucho más que números: es una herramienta para lograr bienestar, tranquilidad y libertad financiera.