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Cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo. En España, más de 1,2 millones de personas conviven con alguna forma de demencia, y se estima que más del 70% de ellas padecen alzhéimer, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Esta enfermedad neurodegenerativa, silenciosa y progresiva, no solo afecta la memoria, sino también las emociones, la comunicación y la autonomía de quienes la sufren. Pero no lo hace en solitario: detrás de cada paciente hay una familia o cuidador que lidia con el día a día, muchas veces sin orientación ni apoyo suficiente.
Acompañar a una persona con alzhéimer es un acto de amor que también requiere comprensión, formación y paciencia. Saber qué hacer… y también qué evitar. Porque a veces, sin darnos cuenta, ciertas frases, gestos o actitudes bienintencionadas pueden generar ansiedad, desorientación o incluso deteriorar aún más el estado emocional del paciente.
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En este artículo enumeramos 10 cosas que no deberías hacer nunca con una persona con alzhéimer. Pequeños cambios en la manera de relacionarte pueden marcar una gran diferencia en su bienestar y en la calidad de la convivencia. Nuestro objetivo: ayudarte a acompañar con respeto, sensibilidad y conocimiento.
1. No corregirlos constantemente
Decir cosas como “eso no fue así”, “ya te lo he contado” o “te estás confundiendo” puede generar frustración y ansiedad en la persona con alzhéimer. En fases avanzadas, la lógica no ayuda. Es preferible redirigir la conversación con calma o acompañar sin confrontar.
2. No hablarles como si fueran niños
El infantilismo o “elderspeak” es una forma de lenguaje condescendiente (“cariño, vamos a hacer pipí”) que puede resultar humillante. Las personas con alzhéimer conservan su dignidad y merecen ser tratadas con respeto, aunque hayan perdido habilidades cognitivas.
3. No imponerles decisiones ni forzar situaciones
Obligarles a vestirse rápido, comer algo que no quieren o acudir a un centro de día sin preparación puede desencadenar episodios de agitación. Es mejor ofrecer alternativas, anticiparse y acompañar el proceso con empatía.
4. No gritar ni levantar la voz
Aunque la persona no responda o no entienda del todo, gritar nunca es la solución. Puede aumentar su confusión, provocar miedo o agresividad. Una voz calmada, pausada y suave siempre será más efectiva.
El tono de voz y el lenguaje no verbal son más importantes que las palabras. Un rostro sereno, un contacto visual cálido o una caricia pueden comunicar más que cualquier frase.
5. No aislarlos socialmente
Privarlos de interacciones sociales o no incluirlos en actividades familiares puede acelerar el deterioro. Aunque no participen activamente, el contacto humano, la música, los juegos adaptados o simplemente estar presentes les estimula emocionalmente.
6. No ridiculizar ni bromear sobre su situación
Frases como “ya estás otra vez con tus cosas” o reírse de sus olvidos pueden afectar gravemente su autoestima. La enfermedad no es un chiste, y mantener un entorno de respeto y comprensión es vital para su bienestar emocional.
7. No dejar de hablar con ellos
Aunque la enfermedad avance, el vínculo emocional permanece. Escuchar, conversar, contarles cosas o simplemente compartir silencio es una forma de seguir conectando. Nunca dejes de hablarles.
8. No ignorar sus emociones
Las personas con alzhéimer pueden no recordar qué ha pasado, pero sí cómo se han sentido. La tristeza, la ira, la alegría o el miedo siguen presentes. Validar sus emociones y acompañarlas es fundamental.
El alzhéimer borra recuerdos, pero no sentimientos. Acompañar con afecto sincero es tan importante como cualquier tratamiento.
9. No dejar de estimularlos
En todas las etapas del alzhéimer se puede trabajar la estimulación cognitiva, adaptada a sus capacidades. Juegos sencillos, música, ejercicios de memoria o paseos ayudan a mantener su autonomía por más tiempo.
10. No olvidarse del cuidador
Quien cuida también necesita cuidados. Ignorar el desgaste físico y emocional del cuidador puede derivar en síndrome de sobrecarga o burnout. Pedir ayuda, descansar y cuidarse es parte del proceso.
