Los conductores cada vez son más mayores. El fenómeno de la longevidad también incide de lleno en el mundo de la movilidad y del motor. Hay que pensar cómo deben ser los coches del futuro y cómo podemos mantenerlos para hacer la vida más fácil al creciente número de personas mayores de 65 años en las carreteras españolas y europeas.
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El aumento de la longevidad en las sociedades de los países industrializados trae consigo cambios de calado en múltiples ámbitos. Uno de ellos es la movilidad. En España, sin ir más lejos, cada vez hay más conductores mayores de 65 años o más. En la actualidad hay tres millones de personas al volante que superan esa franja de edad, el 18,2% del parque de vehículos total, y se estima que en 2064 dicha cifra aumente hasta suponer el 38,7% del total.
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Es bajo esta premisa que Andreu Puig, cofundador de My Car Ready, una empresa de software tecnológico y marketing online dedicada al mundo de la movilidad, pronunció la conferencia Nuevos hábitos de movilidad en segmentos de edad avanzada, una ponencia que tuvo lugar online en el marco de la primera edición del Longevity World Summit 2020 (LWS2020), organizado por la Universidad de Barcelona y el Longevity Institute en diciembre.
“Los mayores tienen derecho a una movilidad segura, tanto para ellos mismos como para los demás”, afirma Puig, para quien la tecnología se tiene que “adaptar” a las necesidades del individuo y de las sociedades.
Esta innovación tecnológica en el mundo del motor debe ser capaz de mejorar la seguridad de los vehículos, minimizar los riesgos de colisión y mejorar la comodidad, así como potenciar el ahorro energético. Mejoras todas ellas que ayudan a una conducción más segura a la población mayor de 65 años.
Puig hace hincapié en algunas de estas novedades tecnológicas que se han introducido en el sector de la movilidad en los últimos tiempos, como los vehículos autónomos. “Cuando estén al 100%, ya no dependeremos de una persona; no se producirán, en teoría, accidentes… La ineficiencia del conductor quedará superada”, señala Puig. “También permitirá en gran medida evitar el aislamiento social de colectivos como el de la gente mayor”, añade.
Por otro lado, el responsable de My Car Ready pone en valor la mayor comodidad de los nuevos vehículos, algo que tiene una incidencia directa en el bienestar de las personas mayores. “Los jóvenes pueden adaptarse a los diseños; la gente mayor, no”, señala. “Se recomienda a los mayores de 65 años que se compren un vehículo espacioso, para un mayor confort en la conducción y evitar dolencias como dolores de espalda, de codo… En definitiva, para evitar complicaciones médicas”, puntualiza.
Las herramientas de usabilidad también han mejorado mucho en este campo. La cámara de estacionamiento trasera, por ejemplo, “evita que una persona mayor deba hacer gestos que deterioren su físico”, indica Puig. En este sentido, también pone de relieve los sistemas de seguridad, como la alerta de tráfico cruzado, el asistente de adelantamiento, el cambio involuntario de carril, el reconocimiento de señales o los sensores de visión inspirados en el ojo humano.
