Reírse con ganas, unos quince minutos al día, puede llegar a alargar la vida hasta cuatro años. Es la conclusión de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Navarra en el que, además, se demuestra que la risa reduce el riesgo de infarto. Éste es tan sólo uno de los tantos estudios que tratan los beneficios de reírse para la salud, una realidad que incluso ha llevado a la creación de la risoterapia, una técnica psicoterapéutica destinada a mejorar el estado físico y psicológico a través de la risa.
Pero… ¿Qué nos aporta la risa? “Con una buena carcajada o simplemente con una sonrisa conseguimos relativizar los problemas, aprender a disfrutar de cada situación de la vida, crear emociones positivas en nuestras relaciones, trabajo y actividades cotidianas”, explica Iago Corsanego, director de PositivArte.
No obstante, romper con la negatividad que impera a veces en nuestro alrededor no siempre es fácil. Las noticias, el consumismo y las personas que lo ven todo negro son algunos de los ejemplos de factores externos que nos impiden sonreír. El estrés que se vive en las grandes ciudades, la sobrecarga en las agendas y el sentimiento de que necesitamos cosas externas para ser buenos maridos, mujeres, hijos, trabajadores… favorece estos procesos negativos. Es por eso que vale la pena darle la vuelta a la tortilla y dejar de fijarnos sólo en los aspectos negativos de lo que nos rodea.
¿Sabías que tu ahorro también puede ser responsable?
Pero ¿cómo? Desde Positivarte nos dan algunos consejos:
Así pues, reírse no es sólo sinónimo de pasárselo bien, sino que también lo es de salud. La risa tiene beneficios directos, como son la reducción de la presión arterial, mayor y mejor oxigenación corporal, reducción de los niveles de estrés y mejor funcionamiento del sistema inmunológico.
Pero los tributos no son sólo físicos. “La risa favorece otras emociones positivas como la alegría, la empatía, el cariño, la ilusión; nos ayuda a liberar la mente y tensiones acumuladas; nos permite cargar las pilas para aquello que tengamos que hacer después y provoca un incremento en la satisfacción con la vida”, explica Iago Corsanego.
En definitiva, reírse es calidad de vida. Hazlo cada día y serás más feliz. ¿No te apetecer reírte un rato?
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