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Un autorizado puede realizar ciertas operaciones, como retirar dinero o hacer transferencias, pero solo si esas facultades están explícitamente recogidas en la autorización firmada por el titular. No equivale en ningún caso a una cotitularidad, donde la persona comparte la propiedad de los fondos.
Titular, cotitular y autorizado: tres figuras distintas
En España, figuras como autorizado, titular y cotitular tienen implicaciones legales distintas: el titular tiene la propiedad y control total de la cuenta, el cotitular comparte esos derechos y obligaciones como copropietario, el autorizado, por su parte, puede operar en la cuenta solo en lo que el titular haya permitido, sin ningún derecho sobre los fondos ni obligaciones fiscales.
En resumen, podemos diferenciar claramente estas tres figuras:
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- Titular: es el propietario de la cuenta, con pleno control sobre los fondos y las obligaciones fiscales.
- Cotitular: comparte la propiedad y la responsabilidad de la cuenta, con derechos iguales al titular.
- Autorizado: solo tiene acceso para operar dentro de los límites fijados en el documento de autorización.
El cotitular: qué implica compartir una cuenta
Un cotitular es una persona que comparte con el titular principal la propiedad y responsabilidad de una cuenta bancaria. Esto significa que tiene los mismos derechos y obligaciones sobre los fondos. Existen dos modalidades principales:
- Cotitularidad solidaria: cualquiera de los cotitulares puede operar libremente sin necesidad del consentimiento de los demás. Es habitual en cuentas compartidas entre matrimonios, parejas o padres e hijos, donde prima la confianza.
- Cotitularidad mancomunada: se requiere la firma o aprobación de todos los cotitulares (o de una mayoría mínima) para realizar operaciones. Por ejemplo, en una cuenta con cuatro cotitulares puede ser necesaria la firma de tres de ellos para un reintegro.
En ambos casos, la Agencia Tributaria considera a los cotitulares como responsables fiscales proporcionales a su participación en la cuenta, salvo que se demuestre lo contrario.
Un autorizado no es dueño del dinero. Puede retirar efectivo o hacer transferencias, pero solo dentro de los límites que marque el titular en el contrato. No tiene derechos sobre los fondos ni obligaciones fiscales.
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El autorizado, apoyo operativo, no propietario
Un autorizado no es propietario de la cuenta, sino alguien a quien el titular concede acceso para realizar determinadas operaciones. Su margen de actuación depende siempre de lo que se establezca en el documento de autorización. Entre sus limitaciones destacan:
- Puede retirar dinero, realizar transferencias o domiciliar recibos, pero con restricciones fijadas en el contrato.
- Nunca puede cambiar condiciones de la cuenta, eliminar cotitulares ni bloquearla.
- No asume obligaciones fiscales: la responsabilidad ante Hacienda recae en los titulares.
- Si el titular fallece, el autorizado pierde automáticamente todos los derechos de acceso.
Incluso acciones como domiciliar la nómina en una cuenta donde solo si se está autorizado se puede levantar sospechas en Hacienda, al considerarse una posible donación encubierta o incluso un alzamiento de bienes en casos de embargo.
Sacar dinero sin permiso es un delito. Si un autorizado dispone de dinero sin consentimiento del titular, puede ser acusado de fraude o abuso de confianza, con consecuencias legales y penales.
Diferencias entre el autorizado y el cotitular
- Responsabilidad fiscal: recae únicamente en los titulares o cotitulares. Los autorizados no responden por los impuestos.
- Derechos de uso: un cotitular tiene plenos derechos (solidarios o mancomunados), mientras que el autorizado solo puede operar dentro de las limitaciones pactadas.
- En caso de fallecimiento: el cotitular conserva su parte proporcional del saldo, mientras que el autorizado pierde todo acceso a la cuenta.
¿Puede un autorizado sacar dinero sin permiso?
No. Aunque tenga acceso, sacar dinero sin consentimiento del titular se considera fraude o abuso de confianza. Ambos son delitos tipificados por el Código Penal. En este caso, además de perder la condición de autorizado, la persona podría enfrentarse a responsabilidades penales.
Conclusión
Un autorizado en una cuenta bancaria solo puede operar dentro del marco de lo autorizado por el titular. No es cotitular, no tiene derechos sobre los fondos y no puede acceder libremente si no se lo permite el titular. Cualquier operación fuera de esos límites puede constituir un delito.
Si eres titular, define bien los límites de la autorización y revisa periódicamente quién tiene acceso a tu cuenta. Así evitarás riesgos legales y protegerás tu dinero.