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España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo y por primera vez hay más personas mayores de 65 años que menores de 15, un envejecimiento imparable que redefine nuestro modelo social, económico y de protección, y que obliga a plantear un escenario inédito: una población longeva y envejecida supone un desafío para el futuro de las pensiones públicas en España.
Los datos lo retratan: según el INE en 2025 la esperanza de vida media se sitúa en 83,4 años y las previsiones de Eurostat apuntan a que en 2050, en apenas 25 años, más del 30% de la población española tendrá 65 años o más.
Pero ¿estamos preparados para vivir más años? Una persona destina la mayoría de sus ahorros a los cuidados tras la jubilación y aquí está el quid de la cuestión, ¿realmente contamos con la planificación financiera necesaria, no solo para mantener nuestro nivel de vida, sino para hacer frente a una vida más longeva y dependiente?
Hoy en día la gran pregunta gira en torno a si habrá pensiones en el futuro o en si el sistema puede soportar tal presión. Según la AIReF hay 2,1 cotizantes por cada pensionista, cuando hace 30 años eran casi 3. Además, España supera ya el 12 % del PIB dedicado a pensiones, según datos de la OECD. Pero la cuestión de fondo apunta realmente al ahorro privado como la única solución real.
La longevidad activa abre oportunidades, pero también obliga a repensar cómo financiar más años de vida. Este reto exige reformas públicas, educación financiera y nuevas soluciones de ahorro y liquidez. En definitiva, el futuro de las pensiones en España y el nuevo escenario de longevidad, requiere un compromiso social y económico de todos.
Un país que vive más: las nuevas exigencias sociales
En los próximos 25 años el sistema de pensiones afrontará el desafío de equilibrar ingresos y gastos para sostener a una población cada vez más longeva. Eurostat revela que en 2050 la ratio de dependencia se duplicará: cada 100 personas en edad de trabajar deberán sostener a más de 70 mayores de 65 años.
Organismos como la OCDE o la AIReF coinciden: es imprescindible realizar reformas en el sistema público de pensiones, con la edad de jubilación, incentivos para retrasar la salida del mercado laboral y por otro lado, fomentando el ahorro privado y nuevas fórmulas de liquidez.
La OCDE recuerda que España es uno de los países con mayor gasto público en pensiones en relación al PIB, superando el 12 % en 2025. Y la tendencia seguirá al alza si no se combinan políticas públicas, educación financiera y soluciones innovadoras.
¿Cómo afrontar la longevidad en España?
Como apunta Javier Valle, consejero director general de VidaCaixa, «las recetas que podíamos utilizar en una sociedad en la que la gente vivía menos, donde el rol de la familia era diferente, hoy ya no bastan para responder a los nuevos retos. Tenemos que pensar diferente, porque las cosas están cambiando de forma inexorable».
El cambio no es solo demográfico, es económico y social. Millones de personas entre 55 y 75 años ya no se limitan a recibir una pensión, sino que buscan reinventar su proyecto vital, están abiertos a nuevas oportunidades, a aceptar y sobrepasar los cambios y a elegir sobre su futuro, conscientes de que cada decisión financiera es clave para vivir más y mejor mañana.
Estos millones de personas se engloban en una nueva generación para la que la jubilación del futuro no será solo una etapa de descanso, sino una fase activa y diversa, en la que buscarán nuevas formas de ingreso, de cuidado de su patrimonio y de decisiones sobre la vivienda.
España empieza a dar pasos, pero queda mucho camino y se enfrenta a desafíos como:
- Búsqueda de ingresos complementarios
En este contexto en el que las proyecciones apuntan a vivir más de 90 años por buena parte de la población, confiar en la pensión pública no siempre basta para mantener el nivel de vida.
Por eso, cada vez más personas combinan la pensión con rentas vitalicias, planes de pensiones, de ahorro o inversión y soluciones de liquidez para complementar ingresos y mantener su independencia económica.
Como apunta la OCDE, la clave es diversificar fuentes de ingreso para no depender de una única vía.
- Soluciones para la vivienda
La vivienda se ha convertido en un recurso estratégico para afrontar la longevidad, por ello, opciones como la hipoteca inversa, la venta de la nuda propiedad o el anticipo de alquileres permiten transformar parte del patrimonio inmobiliario en liquidez, sin renunciar a vivir en el propio hogar.
En países como Holanda o Reino Unido estos productos están más arraigados e implantados, incluso son fomentados por la propia administración pública. En España su uso crece como parte de una planificación patrimonial más flexible.
- Mejoras en dependencia y en los cuidados de larga duración
Casi dos de cada 10 mayores de 65 años viven solos en España y muchos necesitan redes de apoyo externo. Planificar la dependencia y los gastos asociados, como una residencia, cuidadores, servicios médicos, es una parte fundamental para la protección senior.
Los países líderes en longevidad, como Japón o Alemania, ya destinan políticas y recursos para garantizar que nadie quede desprotegido ante la pérdida de autonomía. En España, este debate empieza a ocupar la agenda pública, pero cada familia puede anticiparse con soluciones que aseguren tranquilidad, sin improvisar.
Generación +: nuevas respuestas a los retos de la longevidad
Generación + es la respuesta de CaixaBank a un reto tan grande como vivir más y mejor: proteger y acompañar a cada persona mayor para decidir cómo quiere vivir su jubilación y esta etapa de su vida.
Como explicó Javier Valle, Director de Seguros de CaixaBank y Consejero Director General de VidaCaixa, «hemos creado un ecosistema de servicios en el que prestamos ayuda de todo tipo para las personas mayores, desde la gestión de la dependencia o la movilidad reducida hasta la planificación patrimonial y financiera».
¿En qué se traduce la iniciativa Generación +? Hay tres puntos que vertebran este ecosistema de acompañamiento sénior:
- Protección y liquidez adaptadas:
- Generación + ofrece rentas vitalicias, para asegurar ingresos estables toda la vida.
- También fondos de inversión y carteras adaptadas a cada etapa, para que cada persona pueda ajustar su ahorro y su nivel de riesgo según sus objetivos.
- A esto se suman soluciones de liquidez patrimonial, como la hipoteca inversa o la venta de la nuda propiedad.
- Apoyo integral y humano:
- Generación + amplía el acompañamiento a servicios que incluyen gestión de la dependencia, organización de cuidados profesionales y apoyo para personas con movilidad reducida.
- Conocimiento y escucha activa:
- Para responder a necesidades reales, Generación + se apoya en un grupo de expertos que analiza la evolución de la población senior y estudia tendencias junto a universidades como ESADE, Comillas y Deusto.
- Como recalca Javier Valle, «hemos creado un grupo de expertos precisamente para estar más cerca de cuál es la sensibilidad de la gente mayor. Y un laboratorio de investigación para aprender y hacer las cosas mejor».
Este compromiso de escucha permite diseñar productos y servicios que se actualicen con la sociedad, en lugar de quedarse anclados en modelos de hace 50 años.
Conclusión
¿Habrá pensiones cuando me jubile? Sí, pero la clave está en complementarlas, diversificar ingresos y planificar bien cada etapa de la longevidad. Los nuevos desafíos a los que nos enfrentamos son complejos, lo que nos obliga a ser más previsores en el ahorro privado y más flexibles a lo largo de nuestro camino vital.
La Generación + no busca recetas únicas: pide información, confianza y soluciones a medida, porque decidir cuándo jubilarse, reinventarse o transformar nuestro patrimonio debería ser una elección, no una urgencia.
En un mundo que cambia rápido, planificar la longevidad y la jubilación del futuro marca la diferencia entre improvisar y vivir con tranquilidad.